Humanizar las relaciones tóxicas y poner en evidencia los actos de micro-violencia que se viven alrededor de ellas, son algunos de los objetivos que busca la puesta en escena Llueven vacas, un texto de Carlos Be, que, bajo la dirección de Claudia Tobo, llegará a México para presentar la historia de Fernando y Margarita, una pareja en la que él manda y ella obedece. Él dibuja y afirma la realidad hasta límites perversos y ella asiente cada una de esas decisiones, de modo incondicional.
Con cuatro únicas funciones, se estrenará en México, en el Teatro Sergio Magaña de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Llueven Vacas, historia de amor entre dos personajes que parecen personajes de un cuento surrealista y poético, en el que pueden, inclusive y sin lugar a dudas, llover vacas.
“Nos está pasando algo creando esta obra, hacemos espejo, nos sentimos bastante sanos todos del corazón, pero aún así nos encontramos con esto y vamos descubriendo que la mejor y más delicada de las maneras de hablar de un tema así, es humanizarlo, encontrar las aristas de estos personajes, para que no sea el malo del cuento, ni la buena una víctima, sino que sea sobre dos seres humanos que se aman y se hacen mucho daño, unas veces queriéndolo y otras sin desearlo, pero el caso es que no saben poner fin y están en un bucle que lleva a un lugar muy, muy oscuro”, afirma la directora Claudia Tobo.
Jano Sanvicente, Sabela Mascuñana y Micaela W. Morello son los protagonistas de la presente historia. El espectador observará la visión del dramaturgo con relación a los papeles masculinos y femeninos en el círculo de las relaciones que, sin violencia física, dañan las partes más vulnerables del ser humano.
“Si yo pudiera hablarle a mi personaje, Fernando, le diría que tiene que deconstruirse mucho en su manera de relacionarse con el mundo, trabajar sus inseguridades, intentar relacionarse desde lo que para mí Jano, es el amor verdadero, que no tiene nada que ver con la relación que construyen, Fernando y Margarita”, dice el actor Jano Sanvicente.
En contraposición, Tobo habla sobre los personajes femeninos de la puesta: “Nuestra Margarita y Nuestra Coral, entre ellas son muy diferentes y creo que mostramos a personajes en puntos diferentes de una relación tóxica; una que está sumida en ella y que nos cuesta a veces como espectadores entender y luego Coral, que llega de nuevo y vemos como va entrando en ese bucle también. Nos sirve para entender y no juzgar a quién está adentro, que a veces es muy fácil, aunque se supone que estamos del lado de las víctimas, pero de repente es muy difícil empatizar y entender, ¿por qué si la puerta está abierta, no salen corriendo?”.
En Llueven vacas, el reto emocional y la búsqueda de la empatía son para el espectador. Los actores y creativos detrás del proyecto, esperan que la audiencia clarifique su visión de las relaciones de pareja: “El personaje a fin de cuentas está sumido en esa relación, pero son diferentes puntos de la relación. Probablemente al principio de la obra se les haga muy ajeno e incomprensible y seguramente cuando termine, el público llegue a empatizar más con ambos personajes y entiendan un poquito mejor, porque la gente que se sume en relaciones tóxicas y codependientes, eso es lo que intentamos hacer desde una perspectiva de neutralidad, a la medida de lo posible”, asegura Sanvicente.
Llueven vacas se escenificará del 24 al 27 de noviembre, jueves y viernes, a las 20:00 horas, sábado a las 19:00 y domingo a las 18:00 horas, en el Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María La Ribera).
Admisión: entrada general, $176. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.