Después de una espera de tres años, el espectáculo de Irlanda Lord of the Dance vuelve a sorprender a la audiencia mexicana. El pasado sábado 8 de febrero del 2020 comenzó su gira por el país en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Dicho espectáculo no tiene precedentes: a diferencia de las muestras usuales de danza irlandesa, Lord of the Dance es un show inmenso, creado especialmente para presentarse en recintos grandes. Cada uno de sus más de 20 números combina el folklore tradicional de leyendas celtas y artúricas, así como la danza y música irlandesas, con elementos contemporáneos y futuristas, y una producción audiovisual deslumbrante.
La presentación comienza con un breve número de apertura de la artista mexicana autodenominada popular, disruptiva y de barrio, Flor Amargo. Si bien el acto carece de refuerzos visuales, no hace falta adorno; la voz y la composición instrumental de la artista bastan para deleitar a la audiencia. Este preámbulo a Lord of the Dance exhibe el talento y preparación musical de Flor y, como lo mencionó durante la rueda de prensa, demuestra que la música es un lenguaje universal y que la música y el ambiente mexicanos “van bien con todo como el aguacate”.
En seguida se proyecta en escena la historia de un sueño: el de Lord of the Dance. Michael Flatley, después de ser bailarín en otros espectáculos, soñó y creó Lord of the Dance en 1996, show en el que rompió el molde de la danza irlandesa tradicional al incorporar movimientos de la parte superior del cuerpo y al crear patrones rítmicos que se alejan de lo convencional. La narrativa se basa en las leyendas de caballería, del rey Arturo y de la mitología celta para contar una historia de la lucha del bien contra el mal.
La historia habla de la importancia de los sueños y de la disciplina y perseverancia necesarios para conseguirlos. Sin embargo, el héroe, interpretado por James Keegan, no sólo tiene que vencer sus propios obstáculos, sino que está en lucha constante con el mal representado de múltiples maneras, de las cuales destacan: la tentación lasciva de Morrighan y la perfidia de Don Dorcha, el poderoso antagonista. Con la bondad y amor de Saoirse, el ingenio del espíritu y la ayuda de su tropa, Lord of the Dance emprende esta aventura.
La coreografía armoniza con el ritmo de la narración. Predominan tres estilos de danza: la irlandesa, el ballet y danza con acrobacias. Cada número tiene combinaciones de pasos precisos para transmitir las emociones del personaje y la danza puede llegar a una velocidad y coordinación que parecerían humanamente imposibles. Todos los elementos de la atmósfera colaboran para la creación de esta superproducción; nada es fortuito. Las proyecciones llevan a los personajes y a la audiencia por viajes a la eternamente verde Irlanda con sus castillos y jardines edénicos, a otros planetas de paisajes lunares y estelares, y a escenas de inframundo. Las luces bailan dentro y fuera del escenario acordes a la composición musical de Gerard Fahy.
El vestuario es diverso; el elenco tiene innumerables cambios a lo largo del show, a veces hay grandes túnicas misteriosas, vestidos delicados propios de hadas, atuendos sensuales, conjuntos sobrios y elegantes, trajes imponentes y futuristas de robots, etcétera. También son interesantes los elementos de utilería que, aunque parezcan sencillos, brindan un gran simbolismo que quizá no es evidente a primera vista, no obstante se queda en la memoria: los cinturones denotan poder y cada uno tiene diferentes símbolos celtas, por ejemplo, nudos celtas de escudo cuaternarios cuyo significado es la protección de los cuatro dioses druidas, los cuatro puntos cardinales y elementos naturales. Algunos otros elementos que predominan en Lord of the Dance son las estrellas y la luna (propios de los soñadores), las hadas y unicornios (que representan la magia y la pureza de espíritu), y el fuego (con su poder destructor).
Después de agotar entradas en diversos países y tras el éxito que tuvo en México en 2017, Lord of the Dance regresa para cautivar al público mexicano.
La Escaleta invita todos a disfrutar este espectáculo que trae la cultura de otras tierras, llena de inspiración, pone a todos a bailar y a tener la valentía de expresar y luchar por sus sueños. Las fechas y lugares son los siguientes: El 8 y 9 de febrero se presentan en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. El 13 de febrero el Auditorio Metropolitano de Puebla los recibirá. El espectáculo continúa en Guadalajara con su presentación del 15 de febrero en el Auditorio Telmex. Finalmente, Lord of the Dance termina su gira por México en Querétaro en el Auditorio Nacional Josefa Ortiz de Domínguez.
Los precios varían según el recinto y las localidades; no obstante, la organización ORT, encargada de traer el espectáculo a México, aseguró que hay boletos muy accesibles, pues lo más importante es que haya cultura para todos. Lo recaudado se destinará a proyectos sociales, de educación y de capacitación para el trabajo para poblaciones vulnerables de diversas zonas marginadas del país.
Nota por Iris Santa Ana