Rats es una puesta en escena visualmente bella y con una crítica interesante a la forma de vida de la sociedad, todo contado desde la danza.
El director y coreógrafo, Luis Ortega, nos entrega un espectáculo lleno de metáforas sazonadas con una danza que nunca cae en ritmo ni se estanca y que aprovecha bien su corta duración de aproximadamente una hora. Manifestando su interés por denunciar como la sociedad se convierte en ratas en un sistema que nos esclaviza y nos deja a merced de ideales de opulencia y rencor.
Sin duda el compromiso de cada bailarín en el escenario es admirable, además de estar en perfecta sintonía con los juegos de luces, los cuales de manera abrupta logran transmitir una cierta calma y serenidad, para inmediatamente después meter estrobos y luces frías que hace que uno como espectador se sienta helado, incluso en un momento la luz nos ciega a todos por igual, resaltando otra mensaje del que todos podemos entender. Estamos ciegos ante el mecanismo del mundo.
Cabe aclarar que este show no es para todos, ya que su total falta de dialogo hace que uno tenga que abrir la mente y sus sentidos para interpretar lo que pasa, aunque el vestuario y algunos momentos de la coreografía de baile dejan muy claro el mensaje. No obstante, sabemos que hay espectadores que necesitan de un lenguaje directo y no sugestionado. Además de que en un momento puntual también se toca el tema de la lujuria en donde tenemos actores y actrices completamente al desnudo, lo que puede resultar llamativo en un público fácilmente alarmante o con ideales conservadores.
No obstante, Rats, más que un espectáculo, es una sensación, de esas que vale la pena vivir con frecuencia, ideal para los que aman abrir la mente y dejar que todas las ideas y opiniones fluyan y se abra la conversación. Ideal para recordar que del amor nace la vista, aun cuando lo que vemos es una crítica a una faceta podrida de nuestra sociedad, que elige vivir en una inmundicia, como ratas.
Y un detalle más, si deciden ver esta obra, procuren llegar antes de las llamadas a empezar, ya que durante ese tiempo también los actores nos deslumbran con una pequeña pasarela de curiosidades acompañadas de una melodiosa canción en vivo.