El montaje nos cuenta dos historias de mujeres que viven en la indigencia, Enara y Fernanda, quienes vivien situaciones paralelas que convergen en el D.F., hoy mejor conocido como CDMX.
Fernanda busca a su padre, a quién no ha visto en años, en esa gran urbe. La ciudad cambió desde su geografía hasta los nombres de las calles, mientras que Enara se encuentra embarazada y al parecer busca perder el miedo y ausentarse de la realidad mediante los solventes. Busca compañía en Fernanda y ambas mujeres tratan de sobrellevar el día a día, e incluso bailan al ritmo de la música sonidera, beben, gritan, brincan, se arrastran sobre el piso en una euforia pasajera que sólo dura un instante ya que al día siguiente, cuando el efecto de los solventes ha terminado, todo vuelve a la normalidad.
A partir de la construcción del espacio escénico y la iluminación se nos va presentando el entramado que significa la obscuridad, de noche la Ciudad muestra otro rostro, uno más violento justo donde todo es obscuro. Allí reina el miedo a lo desconocido, a la violencia. La ausencia de luz vuelve a la Ciudad como cómplice de todas las vejaciones cometidas por el propio ser humano, aquel que sin saber el contexto del otro agrede inmisericordemente.
Fernanda, en la necedad de encontrar a su padre ausente, construye un mapa de la ciudad para buscarlo en esa gran urbe. Enara no está muy convencida de seguir los pasos de su compañera y le sugiere que deje de buscar a su papá. En un momento dado ambas cuentan sus propias historias que las han dejado llenas de heridas y así nos enteramos que Enara fue faquir, infringiendo sufrimiento a su propio cuerpo para olvidar su experiencia traumática. Al parecer no piensan de la misma manera en todo y en un momento pelean,. cayendo al piso, donde Enara es quién saca la peor parte del pleito. Todo se vuelve ambiguo, el escenario da vueltas sobre su propio eje, ficción y realidad son dos líneas paralelas que sirven como detonante al acercar el escenario móvil.
A la orilla del escenario vemos de cerca la textura de cada actante que se encuentra allí presente en ese espacio donde es un mundo reducido al sufrimiento de las dos mujeres. No se trata sólo de un drama de vida sino de la búsqueda de una identidad, de un hogar, de una familia en una Ciudad que primero fue La Gran Tenochtitlan, volviéndose después Distrito Federal, hasta convertirse en la CDMX.
Sin duda una gran metáfora que nos lleva a ser testigos de que hay todavía una esperanza para encontrar lo que se extravió en un momento de la vida. Esta obra es una recomendación de La Escaleta.
De la autoría de Enara Labelle, bajo la Dirección de Fernanda Flores y la Compañía Teatro Turbio, Todavia D.F se presenta en el Teatro Benito Juárez (Villalongín 15. Cuauhtémoc Metrobús Refroma) del 16 de marzo al 26 de marzo jueves y viernes 20 horas, sábado 19 horas y domingo 18 horas. Duración 60 minutos Boletos en Taquilla
Por Rafa Espinoza