Desde los años ochenta en México se ha contado con la producción de películas que trasciende fronteras y ha creado personajes visuales con los que es fácil identificarse. Pero, ¿de qué manera se puede llevar la farsa y la comicidad a las distopías científicas que envuelven a la ciencia ficción?, ¿qué sucede con los personajes menos familiarizados con la carrera espacial y más apegados a las series de televisión?
La ciencia ficción mexicana se ha caracterizado por crear panoramas cómicos y pintorescos. El mexicano se ríe de todo y le encuentra humor con un ingenio que nunca falla, como es el caso del espectáculo de teatro-cabaret Yo sólo quería unas quecas de Doña Pelos, monólogo que habla de la pasión por los monstruos, el terror y el futuro.
A cargo de la compañía Cardumen Teatro y O.R.V.E Producciones, la propuesta, con dramaturgia de Stephanie León y dirigida por Stephanie León y Ginés Cruz, ofrece una temporada del 19 al 29 de septiembre, de jueves a domingo, en el Foro A Poco No de la Dirección del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
El nacimiento del texto se dio durante el confinamiento por la pandemia, cuando las series de televisión eran uno de los más socorridos escapes de la realidad que rodeaba en esos momentos. Yo solo quería unas quecas de Doña Pelos es un monólogo cómico en el que un personaje lleva al público a una aventura totalmente impredecible por las entrañas de un supermercado.
Con la actuación del propio Cruz, la propuesta cuenta la historia de Justina, quien vive con sus michijos en un departamento pequeño de la colonia Portales. Un domingo por la tarde, después de recuperarse de una cruda, decide salir a cenar, pues su alacena está vacía. A los alrededores no se encuentra nada más que las clásicas quecas de Doña Pelos.
Hace su pedido, pero la demora en su orden hace que pierda la oportunidad de acceder al refresco de su preferencia, por lo que tiene que caminar arduos minutos hacía un Walmart de fachada terrorífica. En su dubitación por acceder al supermercado, tiene un mal presentimiento, pero no da vuelta atrás, su decisión la lleva a un lugar sin salida que cambia para siempre el rumbo de su vida.
Con la paranoia generada por el virus y el terror infundido por las series en las plataformas digitales, el personaje cuenta sus peripecias alimentadas por su mente para crear su propia aventura, digna de contarse en la televisión.
En palabras del escritor Juan Villoro: “La obra es una especie de Toy Story para adultos, donde los superhéroes pueden ser herramientas o productos de limpieza. Un triunfo de la imaginación sobre la vulgaridad de lo real”.
Además de la actuación del intérprete, director y dramaturgo Ginés Cruz, la pieza cuenta con la colaboración de Mónica Colín en la fotografía y Omar Lozano en los peinados. Ginés Cruz y Omar Lozano se encargaron de la musicalización, y Stephanie León del maquillaje y la iluminación.
Yo sólo quería unas quecas de Doña Pelos se presenta del 19 al 29 de septiembre, con funciones los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en el Foro A Poco No (República de Cuba 49, Centro Histórico, cerca del Metro Allende).
Admisión: Entrada general, $217. Los boletos se pueden adquirir en la taquilla del teatro y en las plataformas digitales de Ticketmaster.