En la danza folklórica, la figura de la mujer se suele limitar a ser admirada, coqueta y bonita. Arrojo busca romper con esa imagen y muestra en escena las voces profundas de mujeres que se niegan a cumplir con ese deber ser que les ha sido asignado socialmente, para sumergirse en universos y batallas de autodescubrimiento.
“Arrojo nos invita a mirar de cerca el enfrentamiento cotidiano que experimentan mujeres que han decidido desobedecer al “deber ser” que por mandato social se ha asignado a los cuerpos con vulva, para trazar su propio camino”, explica Paula Herrera Martínez, directora de Danzariega desde 2001.
La obra es contenedora de historias colectivas y convocante de comunidad y, como todas las producciones de Danzariega, es diversa, desconcertante, logra sorprender por el manejo de la técnica de la danza folklórica y la expresión escénica de las bailarinas, menciona Herrera, quien también es antropóloga física.
Arrojo está construida en el lenguaje de la danza folklórica mexicana, específicamente en su técnica corporal que consiste en el zapateado y faldeo, puesta al servicio de un discurso narrativo y estético contemporáneo, que al entrar en diálogo con otras herramientas artísticas visuales y sonoras, producen un espectáculo desconcertante, familiar y desconocido al mismo tiempo.
“Es al mismo tiempo una voz necesaria de denuncia, rebeldía, valentía, autoafirmación, dignidad, sororidad y rabia compartida que, con cada paso construye y les da a estas mujeres la forma que ellas eligen para sí mismas”, dice María de la Luz Herrera Borja, bailarina de danza folklórica.
Ella expone que la obra reúne características difíciles de encontrar en la danza folklórica mexicana: un discurso contemporáneo sobre el ser mujer que se opone abiertamente al estereotipo de género característico de la disciplina; la creación coreográfica como construcción colectiva de cinco mujeres; y el uso de la danza folklórica con un tratamiento experimental para llevar a escena temáticas actuales.
Así como la creación de la música, el vestuario, la escenografía a partir de las necesidades de la obra y no del repertorio o región. “Es decir, Arrojo es una obra que se antoja necesaria para desarrollar la danza folklórica expandida, para reinventarla, reafirmarla como disciplina creadora, contenedora de historias personales políticas y heredera de una vasta dimensión colectiva”, comenta.
Un espectáculo no convencional
La obra está dirigida sobre todo a aquellas personas que estén dispuestas a dejarse sorprender por una manera distinta, no convencional de la escenificación de la danza folklórica mexicana.
Para la bailarina Norma Sylvia Aguilera Rodríguez, Arrojo representa la materialización artistico creativa de, por un lado, un discurso de colectividad, pues la idea original y el guión se gestó entre cinco danzariegas y la coreografía entre todas. Y por el otro, el uso de la técnica de la danza folklórica mexicana como lenguaje capaz de tomar distancia del repertorio tradicional para ahondar en su propia narrativa.
Además, busca provocar que el público salga en estado reflexivo o inspirado en explorar caminos propios; también asombro o entusiasmo por la danza folklórica experimental; un sentimiento de pertenencia a una técnica dancística que nos identifica como mexicanos en la que descubren la posibilidad de un discurso contemporáneo; y un espejo emocional en el cual puedan verse a sí mismos.
Entre los retos de Arrojo se encuentra la creación en colectivo, es decir, generar ideas-movimientos propios, exponerlos, enfrentarlos a otras ideas, escucharse y disentir, tomar acuerdos. También la creación sin música como punto de partida, es decir, la música fue creada posterior a la creación coreográfica de la obra.
Las autoras de la obra son Angélica Sánchez, socióloga por la UNAM y bailarina de Danzariega; Julieta Miranda, profesora y bailarina de Danzariega; María Herrera, licenciada en artes visuales por la UNAM y bailarina de Danzariega; y Norma Aguilera, licenciada en Educación y bailarina de Danzariega y Paula Herrera, antropóloga física y directora de Danzariega.
Danzariega es una compañía que comenzó su historia en septiembre de 2001 y desde entonces se ha enfocado en la construcción y búsqueda colectiva de un carácter corporal-escénico que dote al lenguaje de la danza folklórica mexicana un discurso y tratamiento contemporáneo.
Arrojo se estará presentando el miércoles 13 y jueves 14 de septiembre a las 7pm y el domingo 17 de septiembre a las 6pm en el Teatro Raúl Flores Canelo, del Centro Nacional de las Artes en la CDMX, con un costo de $150, boletos disponibles en taquilla y ticketmaster.