Con una playera de Nirvana y una entrada al público invadiendo la privacidad del espacio oscuro -y lleno a pesar de la tercera ola. entra Ivonne, una pionera del blogging en las redes sociales en busca de provocación, graba con su teléfono para las redes sociales, disocia el escenario, y usa sus dos focos para verter ideas devastadoras -y no por ello falsas- sobre la feminidad, el estereotipo del norte y la neuro-divergencia… estamos a punto de ver como entra a la destructiva virtualidad.
Bonnie nos narra su desgaste en un mundo que desde el inicio estableció que ella no podría ser amada por lo que era, sino que el amor proveniente del mundo tiene que ser trabajado y adiestrado. Vemos en escena su trabajo incansable por tomar las herramientas del amo, y forjar un camino que intenta apartarse de lo establecido, más lo sabemos todos, no hay peor camino que el que se construye destruyéndose a sí mismo. Ella toma su dolor y lo comparte en las redes, lo monetiza, y el público finalmente acepta la inhumanidad que habita en las redes sociales cuando se ve a alguien vulnerable.
Con componentes visuales irreverentes hechos por el maravilloso ojo de Miriam Romero y la aplicación TIKTOK, vamos en línea recta y ascendente a la tan anhelada meta de 1 millón de seguidores, y Bonnie, aunque no lo crea totalmente, está deseando jamás alcanzar tal cantidad de ojos sobre ella.
La dirección de Ángel Luna potencia la fuerza discursiva y actoral de este monólogo de Joselyn Paulette (con la asesoría de Verónica Bujeiro) que con envolvente pavor, y audios controlados por la misma actriz con una consola a sus pies, va desde el rap hasta el discurso político para llevarnos a la crítica de la heteronorma, del amor corrosivo y el machismo en las redes sociales.
Bonnie Border se presenta del 14 al 24 de octubre en el Teatro Benito Juárez, ubicado en
Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, los
horas y domingos 18:00 horas.
Jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados 19:00
por Celeste Díaz