El día de ayer tuvo lugar en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, una obra diferente, ya que, aunque en lo personal me ha tocado presenciar obras cuya narrativa se apoya en video, o las que rompen la 4ta pared, etc… esta tuvo su origen como obra/grabada, o película con narrativa diferente, en redes sociales durante lap andemos hace un par de años. Según la información que nos dieron a conocer, ensayaron por 3 meses y la filmaron en 2 días. Algo interesante es los 2 nombres principales que están en este proyecto, y se trata nada más y nada menos que de Joaquín Cossio y Juan Carlos Colombo, quienes han decidido confiar en el gran talento que tiene, y cada vez promete más, su directora y creadora Valeria Fabbri, quien en este caso me hizo sentir un estilo de humor muy original y como si tuviera mucha influencia de Wes Anderson en comedia, además con un twist al humor ingenuo de un par de décadas atrás, pero utilizado justo de manera que resulta funcionar nuevamente, y otro toque de drama al estilo ¨Up¨, que incluso con una musicalización con piano en vivo, que toca fibras que conmueven (además de un chicle de menta que supongo apoyó a la salir de lagrimitas en más de uno a mi al rededor).
El uso del espacio es igualmente muy interesante, porque por primera vez he sentido que es un honor estar sentado en la parte superior del teatro, lo cual ayuda mucho a visualizar mejor gran parte de la obra.
El elenco…. Joaquín Cosío (Don Franco) y Juan Carlos Colombo (Don Helio), acompañados de las y los jóvenes Michele Abascal (Sustancial), Daniel Ortiz (Uniformado), Regina Blandón (Valeria), y el pianista y compositor David Silvestre.
La historia… prefiero no hundirme mucho en la trama por si existe la posibilidad de que hagan más funciones ya que desafortunadamente sólo se presentó el día de ayer y se presentará esta noche con su segunda y última función en este recinto. Pero bueno, el caso es que trata de 2 viejitos que interactúan entre edificios durante el confinamiento por la pandemia que se acaba de vivir debido al COVID-19. Cada uno tiene un carácter especial que cuando se fusiona en esta historia crean algo muy divertido y conmovedor. Una historia donde la soledad es un elemento muy importante y que nos invita a reflexionar sobre las cosas realmente importantes tras sobrevivir a un acontecimiento como el que, esperemos no por mucho tiempo, se sigue viviendo en el mundo, aunque cada vez con menos restricciones.
En definitiva es una obra que vale la pena, pero más que eso, vale la pena seguir los pasos de esta joven Directora porque esto se irá poniendo cada vez más interesante.
por Jorge R. Gutiérrez