La Filarmónica de las Artes ha sorprendido al público a lo largo de su trayectoria, pero en esta ocasión, rebasó todas las líneas y superó por mucho las expectativas: Produjo una ópera de gran formato de manera autosustentable.
La Filarmónica de las Artes, anunció a principios de año uno de sus proyectos más ambiciosos: Madama Butterfly. La sorpresa en el cartel fue encontrar el nombre del director más importante del género en México, Enrique Patrón de Rueda.
A lo grande, como en los teatros de ópera del mundo, sucedió un hecho sin precedentes. El jueves 23 de mayo (fecha del estreno), con un elenco nacional de muy alto nivel anunciado previamente, encabezado por la soprano Dhyana Arom y Gerardo Reynoso, después de la tercera llamada y con la orquesta afinada, la reacción del Público fue sorpresiva al ver a una de las leyendas de la música en México, ante una gran ovación apareció el Maestro Patrón de Rueda, los comentarios eran de todo tipo, “Lo lograron”, “¿Cómo le hicieron?”, “¡En serio, si vino el Maestro Patrón!”; arrancó la ópera…
Con una batuta enérgica y con gran destreza, dio inicio la función, la orquesta demostró sus habilidades ante la demandante partitura de Puccini, abrió el telón y las sorpresas continuaron, había escenografía, muchísimas personas en escena (cantantes, coro, bailarines y actores) todas con vestuarios profesionales, el diseño de iluminación tenía lógica con lo que sucedía, un montaje a la altura.
La segunda parte, aunque más larga, mantuvo la misma energía y captó la atención de los espectadores en todo momento.
Con una propuesta escénica distinta a lo acostumbrado, llegó el final, Butterfly y su pequeño hijo murieron, dejando atónitos a los demás personajes, las emociones estaban a tope entre quienes estaban en las butacas, llanto, frustración y tristeza, que fueron generados ante la impactante escena, acompañado de un obscuro súbito que se llevó el aliento de todos y provocó un inmenso aplauso.
Ante lo ya narrado, la Filarmónica de las Artes demostró que es posible hacer lo que muchos piensan imposible. Sin líos ni complicaciones, como lo mencionó su director titular, el Maestro Enrique Abraham Vélez Godoy, aquí tenemos lo que en muchos lugares se ha perdido o hace falta: profesionalismo, trabajo constante y pasión por nuestro trabajo.
Esta ópera (Madama Butterfly) conmemora el centenario del fallecimiento de Giacomo Puccini y 120 años de su estreno. Es el principio de una nueva era para la Filarmónica de las Artes como una alternativa a nivel nacional de espectáculos escénicos con música en vivo (ópera y ballet) recordando su recién puesta en escena de La Bella Durmiente, junto con la Compañía de Danza de las Artes.
El elenco que elegimos, fue completamente nacional, en lo personal, siempre apostaré por los que estamos aquí (en el país), por las grandes promesas que da México, voces en serio que están al nivel de cualquier parte del mundo y lo hemos demostrado, la prueba, Dhyana Arom, Gerardo Reynoso, Frida Portillo, Alberto Galicia, Vladimir Rueda, Alberto Albarrán, Gerson Millán y Beguidi Barajas, lo han hecho espectacular. Concluyó.