Se presenta un proyecto unipersonal en el cual convergen más de 15 personajes, cada uno con su propia historia siendo el personaje principal el de la Mari, una chica de la calle que trabaja boleando zapatos, es ella la que se encargará de llevarnos de la mano a un laberinto obscuro lleno de experiencias escalofriantes a partir de que su hermano menor es recogido por el personal de los servicios sociales, aquí inicia el conflicto cuando la vida de Mari dará un giro de 180 grados en su desesperación por buscar el paradero de su hermano desaparecido, Mari se dirige con el último cliente que atendió el cual le dio una tarjeta en caso de que necesitara ayuda, lo que dará como resultado es que ella llegue sin saberlo con claridad a reclutarse a las Fuerzas Armadas de la Paz.
Justo allí en ese lugar es donde comienza el adoctrinamiento militar y ella a pesar de oponer resistencia en un principio termina siendo la líder del grupo, lo que le genera cierta reputación que se pondrá a prueba con una misión, la primera, la más importante que es capturar a los líderes de una manifestación pacífica. Acompañada de sus subalternos cumplen como lo que son, individuos entrenados para reprimir, capturar, golpear y si es necesario matar personas que pongan en riesgo la paz y tranquilidad de la ciudadanía, según su visión. Somos el enemigo se basa principalmente en el teatro gestual, corporal y de imágenes su mayor referencia es la de Jacques Lecoq (1921-1999) quien fue un actor, mimo y maestro de actuación francés, no es casualidad de que la construcción del espacio escénico sea simbólica, la iluminación como transición temporal y él humo juegan un papel importante además de la sombra en la pared de acuerdo al conflicto que se está desarrollando; proponen un ambiente sórdido cada vez que es necesario y al mismo tiempo cuando se ilumina todo el escenario nos damos cuenta que lo grotesco ya paso a segundo plano, la música y el lenguaje no verbal, sonido-gesto-movimiento-cuerpo-rostro, genera en el espectador emociones diversas que van desde la tristeza hasta la rabia llegando a la sorpresa, la textura es bien lograda a partir del vestuario ya que define cada una de las situaciones por las que vive la Mari-posa, dentro del montaje
se hace un guiño al cine de forma discreta, no hace falta utilería, todo se reduce a el manejo del espacio, la corporalidad y gestualidad en ese pequeño escenario, la voz de la actriz se adapta al conflicto que estamos presenciando utiliza onomatopeyas cada que lo requiere la acción, en ocasiones parece que se rompe la cuarta pared pero esa no es la intención sino de provocar al público a una introspección del montaje; cuando llegamos al éxtasis se presenta esa magnífica elipsis que dota a la obra de un poder mágico. “el teatro teatra y esta vez teatro; el teatro es la poesía que se pone de pie y sale a la calle” Jorge Dubatti.
Bajo la dirección del actor, director y productor mexicano Froylán Tiscareño, la compañía Cococó Teatro se presenta Somos el enemigo, durante febrero y marzo, una propuesta protagonizada por la española Rosaura Pérez Sanz, quién expone la visión del conflicto social y personal de una mujer sin hogar, a través del humor negro. La Escaleta la recomienda.
Somos el enemigo se presenta del 21 de febrero al 15 de marzo, en el Foro A Poco No (República de Cuba 49, colonia Centro Histórico, cerca del Metro allende) los viernes a la 20:30 horas, sábados a las 19:00 horas y los domingos a las 18:00 horas. Entrada general $174 pesos. Descuento del 50% a estudiantes de nivel básico, maestros, personas con discapacidad, trabajadores del gobierno e INAPAM con credencial vigente. Sujeto a disponibilidad se aplican restricciones. Para consultar completa la programación de Teatros de la Ciudad de México visite: www.teatros.cultura.cdmx.gob.mx
Por Rafa Espinosa.