Había una vez un hombre, una bestia, un humano, un animal, un ser pensante, un ser sin raciocinio, hubo una vez un hombre que utilizó el instinto como sentido de supervivencia y a través de él se convirtió en un asesino, ya sea para alimentarse, defenderse o sobrevivir.
Tres personajes desconocidos luchan por salir con vida de una jungla donde las reglas las pone la naturaleza, se ven reflejados entre ellos y saben que su lucha más difícil es la interna; una batalla constante en donde los sentimientos sin pensamientos razonados dominan el curso de la vida.
Tres seres atrapados en su yo interno que se reconocen y se relacionan, se desean y se odian, con el deseo de matar pero también de ser muertos, que se reconocen en su ser animal y en su necesidad de poseer.
Una pieza teatral en la que el espectador se cuestiona su actuar, ya sea del lado instintivo y visceral, o desde lo humano de frente a lo animal, en donde nos deja claro que la muerte es solo parte de la vida, que si no existiera oscuridad como podríamos buscar la luz.
Una historia que se remonta unos cuantos miles de años atrás en donde había una caverna, animales; mujeres y hombres, que hacían el rol de presa y de cazador; pero al final todos terminan muertos.
“No hay nada bello que sólo sea para ser visto, hay que tomarlo. Todo finalmente terminará como comenzó. Vivir como cazadores y presas, dispuestos a matar o ser aniquilados en cualquier momento”, afirma la producción.
“Último Reino” es una puesta en escena dirigida por Valentina Martínez Gallardo y Edson Martínez, producida por Colectivo Charalito y La Justiciera, su elenco está conformado por Valentina Martínez Gallardo, Juan de la Loza y Emmanuel Varela, tendrá presentaciones del 4 al 14 de noviembre en el Teatro Benito Juárez; jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00.
Ojo: Con las disposiciones del semáforo epidemiológico vigente se exhorta al público a usar cubrebocas, gel antibacterial y registro de código QR por parte tanto del personal del teatro como de los espectadores.
Por Verónica Torres